No digás mentiras cuando no sepás la respuesta.

 Han sido muchos años trabajando con clientes y muchísimas las experiencias donde me han preguntado algo y no tengo clara la respuesta. Qué hacés en ese caso? Decís la verdad!

Te lo digo de corazón, si no sabés la respuesta, no inventés. Es ahorrarse escalaciones y comprometerse con acciones o tiempos que puede que no logrés cumplir. Un cliente siempre siempre va a agradecer una respuesta honesta (aún cuando no es la que espera) a una que lo ilusione y luego le digan que no se va a lograr.

En estos casos, sé sincero. Decíle a tu cliente que no estás seguro y comprometéte a averiguar la respuesta y contactarlo de vuelta cuando tengas la certeza. El secreto para que esto funcione? Contactar ojalá dentro del mismo día y haber confirmado la respuesta con un supervisor o gerente que garantice lo que vas a decir. En caso de no contactar al cliente, enviále un correo electrónico con la información y preguntále si desea que hagás un segundo intento de llamada en un horario que le funcione, y así clarificar cualquier duda adicional.

La confianza con los clientes la ganamos con honestidad y atención.

Rebe.

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